Los seres humanos somos seres complejos que se desenvuelven y se forman en distintos ámbitos. Uno de esos ámbitos es la esfera afectivo-emocional.
La esfera afectivo-emocional está basada en nuestras inclinaciones, respuestas y recursos emocionales que tenemos respecto al mundo externo, a nosotros y al nuestro.
Las emociones no son buenas ni malas por sí mismas.
Sin embargo, hay una modalidad específica que le otorga a la esfera afectivo-emocional una preponderancia valiosa e incuestionable sobre otros aspectos de la naturaleza humana.
Estamos hablando de la terapia centrada en emociones.
En esta sesión de terapia abordamos en profundidad el procesamiento emocional de las situaciones, observando a la emoción como una respuesta adaptativa a las circunstancias del medio; observa las emociones también como un modo de interacción con el mundo.
Esta es una terapia psicológica de raíces y naturaleza profundamente vivenciales; se busca estudiar la reacción emocional a las situaciones que son afrontadas y que generan una respuesta emocional y/o afectiva.
La terapia centrada en emociones se preocupa por el desarrollo del paciente en el sentido de que atiende y aborda sus posibilidades de crecimiento y desarrollo.
● Toma de conciencia por parte del paciente respecto a sus emociones.
● Evaluación de la expresividad de las emociones.
● Regulación de emociones, hacerlas adaptables y saber cuándo frenarlas y cuándo no.
● Reflexión sobre las emociones, saber asimilarlas como experiencias con aprendizaje.
● Transformación de la experiencia emocional para hacerla provechosa.
La terapia centrada en emociones constituye un enfoque más humano y sensible a las inquietudes normales y perturbaciones psicológicas que una persona puede tener.
Esto debido a que esta terapia se involucra en una esfera muy importante para nosotros, como es aquella compuesta de las emociones que experimentamos y los afectos que recibimos o que queremos recibir.
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